- Este 2025 la Agrupación por la Memoria Histórica Providencia celebra diez años desde su fundación. Ha sido una década con varios hitos importantes, entre ellos cuando se reabrió el espacio, pasando por la realización de actividades político-culturales; hasta ahora, cuando acaban de lanzar un sitio web con documentación y material histórico.
Desde el exterior, en calle Matta esquina Chuquisaca en Antofagasta, la Providencia (a cargo en sus inicios de la Congregación de las Hermanas de la Divina Providencia), se muestra como una iglesia común. No llama mayormente la atención, pero el recinto guarda cicatrices bajo una calma engañosa. Adentro, si las paredes hablaran, podríamos escuchar los susurros: historias de dolor y resistencia.
Este sitio de memoria, erigido en torno al antiguo centro de detención y torturas de la dictadura, se ha consolidado como un espacio para la reflexión histórica y la defensa de los derechos humanos. Esta nota, construida con testimonios de algunos de los integrantes de la agrupación, intenta abordar los hitos más relevantes de su trayectoria y el impacto de su trabajo junto con la comunidad antofagastina.
Origen: una tesis
La semilla de la Agrupación Providencia se plantó en 2013–2014, cuando Rodrigo Suárez, actual encargado del área de investigación del sitio de memoria, inició su tesis, por lo que comenzó a chequear los antecedentes del Informe Valech. En su búsqueda, y tras una serie de situaciones fortuitas, dio con Héctor Maturana, quien había sido detenido y torturado en la Providencia en 1980. “Cuando Rodrigo me propuso trabajar para que este lugar fuera declarado sitio de memoria, decidí embarcarme en este proyecto y visibilizar lo que allí ocurrió”, recuerda Héctor, actual vicepresidente de la agrupación.
En 2015 se formalizó la Agrupación Providencia con una serie de actividades y movilizaciones fuera del sitio. Esto marcó el inicio de una lucha que lograría, al año siguiente, que el Consejo de Monumentos Nacionales declarara el lugar como Monumento Histórico — Sitio de Memoria.
Abrir las puertas
El acceso al recinto fue un hito significativo. Camila Vargas, coordinadora de Comunicaciones, recuerda: “En 2016, dos expresos políticos ingresaron por primera vez. Y un año después, otros exprisioneros y la comunidad pudo entrar y recorrer el sitio”. Este proceso no estuvo exento de tensiones, ya que en el lugar estaba (y está) presente Carabineros. El inmueble, tras ser usado en dictadura como centro de detención y tortura, con el retorno a la democracia pasó a ser utilizado por el área de inteligencia de la institución. Sin embargo, las gestiones constantes de la agrupación permitieron avanzar hacia la entrega parcial del espacio en abril 2023 y actualmente una reja divide el lugar.
Rodrigo destaca: “Recuperar la Providencia es dar voz a historias silenciadas, y también articular nuevas reflexiones sobre derechos humanos, la resistencia y las memorias locales”.
Acción colectiva
A lo largo de esta década de existencia, la Providencia se ha convertido en un epicentro de actividades culturales y pedagógicas. En 2018, el proyecto “Cartografías de Resistencia” consolidó un archivo documental sobre la represión y la resistencia en Antofagasta.
Un año después, en 2019, la agrupación levantó el Observatorio de DDHH en el marco del estallido social y, además, comenzaron las visitas guiadas de estudiantes al inmueble, en primera instancia bajo constante supervisión y vigilancia de Carabineros. Sin embargo, han sido un éxito. Sólo en los últimos meses del año pasado más de 1.200 adolescentes y jóvenes recorrieron la Providencia y conocieron su historia.
Felipe Rodríguez, actual presidente de la agrupación, releva la importancia de estas iniciativas: “La Providencia no sólo es un lugar de recuerdo, sino también un espacio para articular el movimiento popular y las iniciativas artísticas relacionadas con la memoria”.
Desafíos futuros
La lucha por la ampliación del reconocimiento del sitio sigue vigente. Héctor Maturana explica que el objetivo es incorporar áreas que aún permanecen bajo control de Carabineros: “Tenemos testimonios que documentan actividades (durante los años de dictadura) en otras partes del recinto, no sólo en el espacio que nos cedieron. Declarar todo el lugar como sitio de memoria es uno de nuestros objetivos”.
En tanto, a pesar de los desafíos en cuanto a financiamiento, la agrupación planea conmemorar sus 10 años con una gran actividad y poco a poco van preparando el terreno con distintas iniciativas. La más reciente: el lanzamiento del Centro de Documentación y Archivo de la Providencia, un sitio web que recopila muchísima información para docentes, estudiantes, investigadores y personas interesadas en lo ocurrido en el sitio de memoria y en la región.
Memoria, ejercicio vivo
La Agrupación Providencia ha demostrado que la memoria es un ejercicio vivo. Rodrigo Suárez reflexiona: “Un sitio de memoria no es solo para recordar, sino para problematizar los derechos de hoy. Debe ser una herramienta para transformar el presente”.
En este décimo aniversario, la agrupación Providencia es un ejemplo de resistencia y colaboración y el sitio de memoria es un recordatorio de que las heridas del pasado sólo pueden sanar a través del reconocimiento y la acción colectiva y sobre todo: con verdad y justicia… Pero ya no son las paredes las que tienen que hablar.
Artículo originalmente publicado el 8 de enero de 2025 en el diario La Estrella.