- Paula Bistagnino ha investigado durante más de una década a la institución religiosa, convirtiendo horas y horas de entrevistas e información documental, en un libro titulado ‘Te serviré’, donde cuenta el plan que tuvo ‘la Obra’ para beneficiarse de los millones de dólares de una familia chileno-uruguaya, entre otros muchos casos.
“Vamos a tomarnos un café”, le dijo una tal María a la periodista argentina Paula Bistagnino, hace más de 10 años. Se juntaron. Paula le contó lo que estaba haciendo: una investigación sobre el Opus Dei en Argentina, Uruguay y Chile. María asentía. Estaba escuchando muy atenta. Paula creía que la mujer que tenía enfrente era una exmiembro del Opus Dei de su país. Eso le había escrito María por email.
Terminaron el café. María ya estaba clara de lo que Paula estaba llevando a cabo. Más allá de unos pocos monosílabos, no dijo mucho más y nunca respondió otro correo a Paula. Años después, la periodista descubriría que María era una de las autoridades de la rama femenina del Opus Dei… Y el café donde citó a Paula estaba a escasos 30 metros de la principal casa que la institución religiosa tiene en Buenos Aires.
Esa escena, vivida por Paula hace más de una década, condensa la esencia de una de las instituciones más herméticas y poderosas de la Iglesia Católica: aparenta normalidad mientras opera en las sombras. Observa sin dejarse observar. Mueve los hilos sin dejarse ver.
Después de mucho trabajo y cientos de otros cafés, Paula Bistagnino publicó su investigación en su libro ‘Te serviré. El plan del Opus Dei para beneficiarse de una de las mayores fortunas de América del Sur’.
Inicios de la investigación
En su libro, Paula comenta que desde la infancia el Opus Dei estuvo en su cabeza, ya que vivía en el barrio de Bella Vista (noroeste del Gran Buenos Aires), donde la organización está muy presente. Eso, sumado también a que “me llamaba la atención su secretismo”, cuenta.
Pasaron las décadas y en 2013, cuando el cardenal Bergoglio se convirtió en el Papa Francisco, Bistagnino decidió que era momento de empezar a tirar del hilo. Un jesuita, con una visión totalmente opuesta a la del Opus Dei, llegaba al Vaticano. Era el impulso que necesitaba.
El primer correo que la periodista mandó –ingenuamente– al Opus Dei, fue respondido a secas. “Me dijeron que no, que no me darían ninguna entrevista de nada, de ningún tema”, recuerda. Esa negativa fue otro gatillante para seguir investigando. “Aumentó mi curiosidad”, dice Paula.
Familia poderosa
La organización, fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928, se basa en familias poderosas económicamente. Fortunas alimentan la maquinaria y, en el caso de América Latina, la familia chileno-uruguaya Gianoli-Gainza, destacó durante décadas.
Bistagnino reconstruyó la historia de esta familia que emigró desde Uruguay a Santiago en la década de 1920. Un matrimonio de la alta sociedad que prosperó y, cuando el Opus Dei llegó a Chile, en 1950, se encontraba entre las familias católicas más adineradas del país. En ese momento sólo quedaba la viuda, María Elina Gainza de Gianoli, con cinco hijos.
“El Opus Dei contacta a esta familia. La matriarca entra a la organización y se convierte en una de las supernumerarias más importantes para el Opus Dei”, explica Bistagnino desde Buenos Aires.
Sólo un par de botones de muestra para ejemplificar el poder de la familia: el aula magna de la Universidad de Los Andes (perteneciente a “la Obra”) se llama ‘Elina Gainza de Gianoli’ y, además, esta matriarca, cuando decide regresar a Uruguay en 1955 a fundar la rama femenina del Opus Dei, donó su casa en Chile: un hermoso chalet en Las Condes, en avenida Cristóbal Colón, muy cerca del cruce con Mariano Sánchez Fontecilla. “Esta fue la primera casa de mujeres del Opus Dei en Chile”, afirma la periodista.
Pero el mayor legado de esta familia fue otro: “Su hija menor, Elina, quien dedicó su vida al Opus Dei convirtiéndose en numeraria a los 14 años y medio y logrando ser una de las cabecillas de la institución en el Cono Sur, dejó su herencia — calculada en cientos de millones de dólares — a la Fundación Chilena de Cultura, que es la principal asociación civil de la institución religiosa en Chile”.
Cientos de millones de dólares. La cifra resuena. Un monto indeterminado que, sin embargo, explica la ubicación privilegiada de los colegios y universidades del Opus Dei en las comunas más exclusivas de Santiago. Explica la capacidad de influencia. Explica los silencios.
Escuelas de mucamas
Mientras en un extremo existían las fortunas familiares y donaciones millonarias, en el otro, el Opus Dei desarrollaba un sistema perverso de captación de mujeres adolescentes de escasos recursos. “Las recluta en todos los países donde opera y las invita a estudiar en una escuela de oficios gratuita, donde les dicen que tendrán una mejor oportunidad”, revela Bistagnino.
En el caso de Argentina, “las traían a Buenos Aires, siendo menores, con 14 años, a estudiar dentro de esa ‘escuela’, la cual comenzaba con un proceso de manipulación psicológica y religiosa, por el que las convencían de que ellas estaban llamadas por Dios a servir. Que Dios veía en ellas su vocación de convertirse en santas sirviendo dentro de la Obra, en la escala más baja. Primero están los numerarios (varones), luego las numerarias y recién las sirvientas, porque así debían llamarse, según el propio Escrivá de Balaguer”. Por su trabajo en las residencias del Opus Dei, estas mujeres no recibían un sueldo, no les pagaban cotizaciones. Nada. Y así por décadas.
“El vínculo con la familia de origen se corta una vez que se ingresa al Opus Dei. Tanto numerarias como numerarios tienen limitadas las visitas a sus padres, así como la participación en cumpleaños, navidades y hasta bautismos o casamientos familiares”, relata Isabel Dondo en ‘Te serviré’, quien fue numeraria durante 17 años.
“Esto derivó a que en Argentina la justicia investigara y formalizara una acusación contra el Opus Dei, en septiembre de 2024. Después de dos años de investigación, la justicia federal formalizó una acusación contra las autoridades de la Obra por trata de mujeres para explotación laboral”, explica Bistagnino. Sin embargo, continúa la periodista, el Opus Dei niega todo. “No solo niegan artículos periodísticos, también acusaciones formales de la justicia: dicen que es mentira”.
Entre dictaduras y democracias
Paula Bistagnino es enfática: “las dictaduras fueron celebradas por el Opus Dei, a ambos lados de la cordillera”. Sin embargo, el golpe de estado en Chile hizo que todo sucediera previamente.
El triunfo de Salvador Allende logra que lo que quedaba de la familia Gianoli-Gainza se fuera hacia Montevideo “por el miedo al comunismo”, explica Paula.
La relación entre la Obra y las dictaduras iba más allá del apoyo ideológico. “Las dictaduras fueron benefactoras para el Opus Dei. En esos años lograron ubicar cuadros en el Estado. No necesariamente ministros, sino cuadros estratégicos, técnicos, en lugares importantes de los poderes”.
Cuadros, afirma Bistagnino, donde muchos de ellos continúan en sus puestos hasta hoy. “Este es uno de los objetivos del Opus Dei: alcanzar lugares de poder para ejercer influencia sobre el funcionamiento de las sociedades”.
Maquinaria en las sombras
“El Opus Dei es una maquinaria de poder que trabaja, sobre todo, en las sombras”. Así resume Paula Bistagnino a la institución. Y aquello conecta todo.
Conecta el café que consumió, sin saberlo, a 30 metros de la principal sede femenina del Opus Dei en Buenos Aires, con María, quien la escuchó y nunca más supo de ella. Conecta los cientos de millones de dólares donados por la familia chileno-uruguaya. Conecta el reclutamiento de niñas de 14 años de familias pobres, para convertirlas en sirvientas sin sueldo y bajo la promesa de santidad. Conecta el auge que tuvo el Opus Dei con las dictaduras en Argentina, Uruguay y Chile. Todo forma parte de esa maquinaria que opera en las sombras pero cuyos efectos se sienten a la luz del día.
Paula Bistagnino ha dedicado más de una década a iluminar esas sombras. Su libro ‘Te serviré’ (editado por Planeta) es otro paso en esa dirección. Cada revelación que ha hecho como periodista, importa. Cada pieza del rompecabezas ayuda a comprender el mapa completo de influencia que, a ambos lados de los Andes, sigue moviendo los hilos del poder.
La maquinaria no se ha detenido, sólo ha aprendido a hacerse más invisible…
Artículo originalmente publicado el 8 de abril de 2025 en el diario La Estrella.